Flohmarkt. Berlín.
julio 10, 2008 Deja un comentario
Una serie de viejas naves industriales de gran tamaño en la periferia de la ciudad, que contienen una enorme cantidad de puestos con una aún mayor cantidad y variedad de objetos, que oscilan entre lo convencional y lo inverosímil. Algunos puestos venden el contenido completo, objeto por objeto, de casas desmanteladas. El lugar carece por completo del glamour que se asocia a la estética retro y a lo vintage. Más bien recuerda al futuro catastrófico de «Mad Max». Al igual que en dicha película, lo obsoleto se reinventa y adquiere, por necesidad, un nuevo significado. Además, el conjunto posee una fuerte carga poética, por su ubicación y su contenido.
Las cenizas de la antigua RDA, y por lo tanto de una época, de una ideología y de un modo de entender la vida y la sociedad, parecen ventilarse a precio de saldo en forma de miles de objetos que pertenecieron sus antiguos habitantes. Es un lugar excitante pero tristísimo.
La colocación, contenido y ubicación de los puestos, incluso su número o los límites entre los mismos (no existen espacios asignados), se reconfiguran día a día en función de la mercancía que sus dueños consiguen y de las demandas o preferencias de sus visitantes. Se trata de un espacio que asegura su supervivencia manejando lo obsoleto de manera altamente codificada y eficiente.